Nuestras cicatrices manifiestan la gloria de Dios, pero las heridas de Jesus expresan nuestra reconciliación con el Padre.
Como chilenos tenemos varias formas de referirnos a las personas que se muestran muy unidas, por ejemplo: ellos son “uña y mugre”, estos son “yuntas”, para los más jóvenes, son “panas”, de hecho son tan unidas que da pena cuando te enteras que tuvieron algún problema y eso quebró la relación. En algún momento, la humanidad estuvo unida a Dios de esta forma. Pero esto se rompió y desde entonces el deseo de Dios ha sido volver a unirnos con Él, tal fue ese deseo que entregó lo más valioso para que esto se cumpliera. Por lo que la biblia dice: “... todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación”. 2 Corintios 5:18
A través de estos devocionales hemos profundizado acerca de la obra de Dios en nuestra vida y cómo podemos representarlo a través del concepto de Kintsugi, así como consiste en usar resina y oro para volver a unir las partes de una vasija, también encontramos el deseo de Dios de volver a unirnos con Él, no solamente a través de nuestras heridas, sino también, de las heridas de otro, Jesús. Él es la máxima expresión de lo que hemos estamos hablando, ya que la reconciliación, o sea, volver a unirnos con Dios, costó sus heridas y cicatrices hasta la muerte, pero de estas heridas encontramos algo precioso y poderoso para nosotros, el volver a unirnos con el Padre. Si nuestras cicatrices nos sirven para manifestar la gloria de Dios, las heridas del Hijo sirven para reconciliarnos con Él y vivir la vida de comunión que siempre hemos necesitado.
Cuando Jesús volvió a aparecer a sus discípulos, lo hizo mostrando sus heridas. Así nosotros, en este ejemplo, tenemos la invitación de aceptar nuestras heridas y cicatrices, y vivir al descubierto, para que así otros vean la obra del Alfarero experto, Dios.
Preguntas:
¿Has visto las heridas del Hijo expresando “reconciliación” en tu vida?
¿Qué heridas Dios te está llamando a mostrar para su gloria?
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