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Día 2 | Ayuno Despierta y Levántate Julio

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne lo vivo en la fe del Hijo de Dios el cual me amó y se entregó a si mismo por mí. Gálatas 2:20

Al tener a Cristo viviendo en nosotros nace en nuestro corazón el anhelo de consagrar nuestras vidas a Él: El Espiritu Santo obra para invitarnos a ser como Cristo.

Si hacemos caso a ese deseo santo, quiere decir que estamos en el proceso de santificación, sin la cual nadie verá al Señor. Vivimos en días finales, pronto sonará la trompeta y el pueblo de Dios será levantado al cielo. El Espíritu Santo está demandando más santidad.

Santidad que debe manifestarse tanto en el interior como en el exterior de la persona. Como consecuencia del tener personas que practiquen la santidad, la Iglesia será santa.

El poder ver a Jesús llegar desde el cielo sin ver muerte es un privilegio. Pero también se nos indica que hay que perseverar buscando lo eterno: "... el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía" (Apocalipsis 22:11). La iglesia que volará al cielo con el Señor será una sin mancha ni arrugas, inmaculada y santa.


Punto de Acción

  • ¿He perseverado en buscar las cosas del reino de Dios?

  • ¿De qué manera estoy santificando mi vida?

  • ¿Estoy trabajando por ser parte de una iglesia limpia y santa?

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